Día 10 - Split sin banana

Hoy hemos conducido de camino a Split, todo el tiempo por el mar y parando por muchos sitios.

Primero hemos parado en una ciudad y nada más empezar hemos visto un mercadillo donde Elsa y Cela se han comprado unas tobilleras de conchas.  Paseando vimos un poco la ciudad, que estaba llena de callejuelas pequeñas aunque algunas olían un poco mal.      Hacía mucho calor pero como las calles son pequeñas hay mucha sombra.

Seguimos nuestro camino y dos horas después hemos parado en una playa que estaba en un pinar.     La playa era de piedras como siempre, con el agua turquesa pero aquí cubría mucho el agua.

De ahí hemos ido a una ciudad pequeña que estaba en una isla enana y tenía una catedral y un castillo.   Había muchos yates y restaurantes de pijos.  

Hemos comprado comida y nos hemos ido a la nueva casa.   Por fuera parecía que la había bombardeada pero por dentro es preciosa y tiene de todo.     Nos han dejado fruta, chocolate, café, zumo.... y tenemos teles gigantes en todas la habitaciones, además de lavadora y secadora por fin!

Con tanto viaje hemos comido a las 6 y para descansar un poco hemos visto a Simon Bales ganando otro oro.

Luego, ya de noche hemos ido a ver Split.    Split es la segunda ciudad más grande de Croacia y está lleno de edificios romanos.     Parece que estás en una película y además había muchos espectáculos en las plazas.    Hemos visto violinistas elegantes, un teatro de danza donde se desnudaban y mucha música en directo en los bares y las plazas.   Nos decepcionó que se llamaba Split y no tenían banana split.    De momento nos ha parecido la ciudad más chula del viaje, era casi insuperable según papá.